Por Félix Betances.
Juan Pablo Duarte fundador de la República Dominicana, en lo
que entendió razonable, expresó un pensamiento sublime, aunque lamentablemente
no ha podido ser asimilado por los dominicanos que le han sucedido; al menos
por los que han tenido la oportunidad de gobernar al país.
Es una pena que a 175 años de vida republicana, nuestro país no
haga uso convincente de una real soberanía y que en forma divorciada de lo que
debía ser, actúa de espaldas a la realidad, tomando decisiones en que ni
siquiera puede guardar las apariencias.
Solo como ejemplo vamos a citar algunos de los últimos casos
ocurridos, en los que la República Dominicana ha tomado la línea, que sigue un
corderito atado o conducido por su manejador: Primero, la concesión o
preferencia en el otorgamiento a empresas norteamericanas, de negociaciones en
lo relativo al carbón mineral que utilizará la Planta Punta Catalina; luego el
retiro del apoyo al Pacto Migratorio propuesto y aprobado por la ONU y el último
caso, es el desconocimiento a última hora, de la legitimidad del gobierno de Nicolás
Maduro en Venezuela.
En cada uno de los casos, ha sido imposible de ocultar que se
ha seguido un patrón ya que se ha seguido específicamente, el camino definido
por el Gendarme del Norte.
Ojalá y que la firma con China, no siga causando dolores de
cabeza o que por lo menos, no nos lleve a un vendaval.
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