Por Temístocles Rojas.
Azua
Comienzan los días de Nuestra Señora de la Fundita, patrona del pordioserismo nacional, y los políticos se regocijan, porque verán al pueblo pobre rendirle la pleitesía de su pobreza y de su hambre.
Debería darles vergüenza, que cada cuatro años nacen cientos de millonarios nuevos de dudosa fortuna, y que haya todavía que hacer arrastrar a los pobres de este país por la alcantarilla inmunda de una donación miseriosa,,que sólo aumenta su alienación y les destroza su dignidad.
Esas infelices funditas, son una iniquidad y una desvergüenza, pues constituyen el despojo de un estado que ha sido asaltado tantas veces, sin que los culpables hayan sido juzgados, ni siquiera por el tribunal de la historia. Tomado de su cuenta de Facebook.
0 Comentarios