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OPINION: Nuestro país, no necesita un cambio.



Por Félix Betances.

Por lógica se entiende que donde no se necesitan cambios, es donde todo está bien, es decir donde todo marcha a las mil maravillas, donde todo se aplica con la debida corrección, donde están satisfechas todas las urgencias y necesidades de un pueblo, en el sentido lato de la palabra.

Es lamentable tener que decir, que esa no es la suerte de nuestra República Dominicana, donde no se necesita un cambio, sino “decenas de cambios” que permitan una reingeniería del sistema de gobierno, que hemos tenido desde el mismo nacimiento de la República, donde quienes la han gobernado salvo honrosas excepciones, lo han hecho con acentuado desdén e imprudencia.

No se necesita un cambio que solo plantee la salida de una persona y la entrada de otra, que venga a hacer más de lo mismo, aplicando las mismas metodologías las cuales fueron diseñadas no pensando en una verdadera democracia, sino en cómo resolver sus problemas personales y familiares, importándoles un bledo, lo que pudiera ser el futuro de la Patria.

Cambiar las estructuras gubernamentales donde el Presidente  maneja los tres poderes del Estado, donde solo debería manejar el Poder Ejecutivo; cambiar incluso la misma forma de cómo se pueda acceder a la primera magistratura del Estado, que elimine de raíz, las posibilidades de llegar a través de componendas y de procedimientos espurios, los cuales permiten todo tipo de diabluras.

Cambios que permitan que cada poder del Estado tenga la debida independencia, que el Congreso Nacional, legisle con independencia y sobriedad, donde la Justicia no esté blindada solo para algunos, donde el Presidente exija a todos los funcionarios públicos, rendir su declaración jurada de bienes tal y como lo manda la ley, contrario a lo que ocurre hace décadas.

Cambios que obliguen al ejecutivo, a rendir cuentas certificadas anualmente, de todos los ingresos y gastos de forma que pueda ser creíble y confiable, auditadas por una Cámara de Cuentas que se respete, contrario a lo que hoy ocurre ante los ojos de un pueblo que parece estar adormecido por algún sopor serpentino.

Cambios que no obliguen  al pueblo a tener que soportar a una determinada persona en un cargo público por décadas, solo por deberles favores o tenerles ciertos temores politiqueros, o simplemente  por amiguismo, como es el caso de funcionarios que se han hecho sempiternos, por ejemplo, los casos del Banco Central y la Superintendencia de Seguros, entre otros.

En síntesis, aquí no se necesita un cambio sino, “UNA SERIE DE CAMBIOS”, que permitan al país vivir retomar  una vida, que permita reencontrar el camino de una verdadera democracia, no el cambio pura y simplemente al que algunos aluden, que no es más que un “quítate tú para ponerme yo o un quítate tú para volver a ponerme yo, o un sigo yo, hasta que me dé la gana..

A través de la historia hemos escuchado esa misma expresión: “se necesita un cambio” y hemos visto muchos cambios, pero cambios que solo han hecho a más y más millonarios a costa del mismo indefenso pueblo dominicano.

Terminamos este comentario parodiando al otrora famoso conjunto venezolano conocido como “Los Guaraguaos” cuando cantaban: “Cuando el pueblo se levante y que todo haga cambiar, ustedes dirán conmigo, no bastaba con rezar”.


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