Mientras el Ministerio Público constataba una prueba para sustentar su interrogatorio en el caso Odebrecht, los abogados solicitaron cinco minutos de receso. En este lapso, el testigo brasileño Mauricio Dantas Bezerra se dirigió al baño y fue perseguido rápidamente por Conrad Pittaluga, abogado e hijo del imputado Conrado Pittaluga.
En el justo momento que el jurista entró al baño, pasó poco tiempo para que ambos (Pittaluga y Dantas Bezerra) salieran notablemente alterados de un espacio donde sólo se encontraban los dos, como pudo constatar la prensa que se encontraba presente.
Este breve suceso aconteció justo después que Dantas Bezerra declarara que varias empresas de Conrado Pittaluga recibieron sobornos de parte d Odebrecht para beneficiar a la constructora con obras millonarias en el país.
Según el testigo, los sobornos fueron recibidos en cuentas fantasmas que eran manejadas por Conrado Pittaluga y Ángel Rondón.
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