Programas de radio y televisión en los que recientemente participó el politólogo, periodista y escritor argentino Agustín Laje, se han convertido en el mejor exponente de lo que NO SE DEBE HACER al momento en que una persona hace una entrevista periodística.
En vez de hábiles preguntas, hacían exposiciones larguísimas y cada vez que el entrevistador comenzaba a desarrollar un tema, lo interrumpían para contradecirle. Pareciera que el interés de ellos era brillar más que el entrevistado y o quizás de ridiculizarlo públicamente, lo cual resultó imposible pues este último resultó ser un maestro consumado de la discusión
Eso hizo que dichos espacios se convirtieran en galleras de mal gusto y que mucho público momentáneamente dejara de sintonizarlos.
sp-am
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