Al señor Ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera:
Buenas noches señor
Ministro, perdone la manera informal que me dirijo a usted, pero la confianza
que me inspiró en su visita me anima a hacerlo.
Sé que tal vez esto no cambie el curso de las decisiones ya
tomadas por las autoridades superiores, pero en consciencia entiendo que debo
expresarle nuevamente nuestro sentir como comunidad de Barahona y, sobre todo,
cómo Iglesia.
El pueblo de Barahona ha vivido esta semana, momentos de mucha impotencia ante el embarque del carbonato de calcio por el puerto. Es muy doloroso que el único lugar de desahogo del pueblo sea intervenido en esa forma.
El sol no se puede tapar con un dedo; ante los hechos no hay
argumento. Somos afectados de varias maneras por esta explotación minera.
Debe haber y sabemos qué hay, otras formas de desarrollar a
Barahona que no sea maltratando la naturaleza y la salud de las personas.
El pueblo de Barahona no puede pagar con su salud el precio
de su desarrollo pues a la larga esto se va a lamentar. Lo que se pone en
riesgo a futuro es irreparable.
Como Iglesia no podemos
guardar silencio ante esto, lo que le
pedimos a las autoridades en el mensaje del día de la tierra lo seguiremos
pidiendo, ya que es parte de nuestra
misión.
Con el mayor respeto seguiremos expresando nuestro “no”, a la
explotación de esta mina y al traslado
del material por el puerto.
Nos están privando de disfrutar de lo más hermoso que tiene
Barahona. Se debe poner en la balanza, qué es lo mejor a largo plazo.
No todas las rutas de
desarrollo garantizan un buen fin. Perdone una vez más por la confianza, pero
capté en usted cuando vino a mi casa, una actitud de escucha.
Dios le bendiga mucho
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