Por Félix Betances.
Esta frase pronunciada con gran énfasis por el Presidente de
la República Lic. Luís Rodolfo Abinader
Corona en un momento en que surgió como respuesta a una situación determinada,
se podría definir como “lapidaria”, por la contundencia que implica.
Con esas 35 letras que conforman esas siete palabras, el
Presidente Abinader quiso enviar un metamensaje a sus amigos y servidores del
Estado, al igual que a antiguos ocupantes de cargos públicos que, según parece,
estaban programados para hacer cosas desde las posiciones que ocupan, que no
eran rezarle a la Virgen, tal y como ha acontecido en algunos casos.
Entre los anteriores servidores, se olía que había algunos que albergaban la esperanza de agenciarse alguna “nube de indulgencia”, que les cobijara y que todo se quedara: “lo comido por lo servido”.
En consecuencia, se creía que la lección había sido bien
entendida y por tanto bien aprendida, pero todo parece indicar que no ha sido
así, a juzgar por el número de funcionarios que a pesar de las advertencias,
han mordido el sebo, aun sabiendo que detrás del mismo hay un anzuelo filoso y
agudo.
Solo resta que el Presidente Abinader, mantenga en alto esa
frase y que como él lo ha prometido, se mantenga al margen de lo que pueda
hacer la Justicia ejerciendo una acción equilibrada, equitativa y transparente
tal y como lo demandan las circunstancias, a fin de que el país empiece a
transitar por el camino de una verdadera democracia, donde no existan vacas
sagradas, como ha ocurrido en el pasado oscuro que ha vivido nuestra nación.
¡Que paguen los que deben y a los que metan la mano en lugar equivocado...
0 Comentarios