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UNA HISTORIA: El polizón que tragó plástico y bebió orina para sobrevivir en travesía


 

Santo Domingo, RD

Con diez barras de chocolate, diez funditas de agua, cinco plátanos maduros, una funda de masitas y la utopía de trabajar y caminar por las calles de Nueva York, entró como polizón Miguel, de 17 años, a un barco cargado de sacos de abonos, que tenía un destino muy distinto al que imaginaba. Le acompañaban 7 indocumentados.  

“Los sacos decían Miami, Florida, y nosotros pensábamos que ese abono iba para Miami”, cuenta Miguel a Listín Diario, 23 años después de una travesía en una nave que pensaron duraría tres días en el mar y permaneció nueve.  

Fue en marzo de 1999, en el muelle de Haina, uno de los más importantes puertos de República Dominicana.  Miguel trabajaba cargando el buque y esa conexión sirvió para que su cuñado y otras seis personas idearan el periplo. El desconocimiento reinaba en ellos.  

Para la época los reportes de periódicos daban cuenta de la cantidad de dominicanos que moría al intentar llegar  de forma ilegal a Estados Unidos, en yolas y como polizones, antecedidas por una tragedia histórica del Regina Express, ocurrida en septiembre de 1980 en el Puerto de Santo Domingo, donde perecieron ahogados 22 de 30 que se ocultaron  en la bodega de barco, luego que los marineros llenaron de agua el depósito de lastre, cuando las autoridades inspeccionaban ante la sospecha de los polizones.  

“Yo era obrero de los que activaban los sacos de abono, tenía 17 años, pero mi cédula decía 18… Mientras nosotros activábamos  los sacos, íbamos dejando un hoyo, como si fuera de letrina. Calladito, calladito, y cuando el barco se llenó, nos metimos en el hoyo y pusimos un saco arriba para que la tripulación  no nos encontrara”, sigue contando el joven, cuya acción casi lleva a la locura a su madre, que esa noche le preparaba su cena favorita: mangú con pollo frito.  

Ya en el escondite, un espacio pequeño, pero ventilado, “sentimos que el barco se movió. Nos sentimos bien contentos. Yo me imaginaba andando por las calles de Nueva York y trabajando en las calles de Nueva York”. 

Con dos días navegando, seguía la emoción de unos polizones que creían zarparían a Miami, distante a más de mil millas de Nueva York, pero ellos no establecían diferencias entre un estado y otro. 

Arrepentido  y con un mensaje a los jóvenes dominicanos de que “no se atrevan a irse ilegal para ningún lado”,  Miguel cuenta que la pesadumbre de ellos duró un mes, al igual que la de sus familiares.  

Esto lo corrobora dona Venecia a Listín Diario, que al rememorar el episodio comienza a llorar, y da Gracias a Dios que le devolvió a su hijo que hoy es un hombre de bien. 

Al tercer día ya no tenía que comer  

Este polizón relata cómo se quedaron sin agua ni comida al segundo día. “Nos comimos prácticamente todo lo que llevábamos. Amaneció el tercer día y el barco no llegó, después pasó el cuarto día, tampoco comimos nada y el barco no llegó. Amaneció el quinto día, no comimos nada, ya teníamos tres días sin comer. Estábamos deshidratados, muertos del hambre y la sed”. 

Para saciar esa sed desesperante y la deshidratación, bebieron orina, comieron cascara de los plátanos maduros y se tragaron las envolturas plásticas que quedaron de los chocolates. 

Al sexto día llovió y una gotera que caía en el escondite donde estaban deshidratados los 8 hombres les dio vida. “Ahí nosotros nos pegamos a beber esa gótica de agua”. Pero Miguel estaba asustado, llorando que quería salir, ellos podría subir a la superficie, pero el resto se negaba porque la tripulación los descubriría.

Para ese entonces, los que vivían en la zona del kilómetro 13 de la Carretera Sánchez,  próximo a la playa de Manresa y del Muelle de Haina, conocían del rumor de que los que se iban de polizones eran tirados al mar, porque las navieras tenían que pagar una multa muy alta por cada persona que viajara ilegal en los buques, y una de las mayores angustias era doña Venecia alentina, por lo que su clamor era a Dios y al mar para que se lo devolviera.  

https://listindiario.com/la-republica/2022/01/27/706629/el-polizon-que-trago-plastico-y-bebio-orina-para-sobrevivir-en-travesia

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