Por Félix Betances
Reflexión es el hecho y efecto de considerar algo con
detenimiento. Una reflexión es también una advertencia, un comentario o un
consejo que pretende influir en alguien.
En dos épocas principales del año se habla de reflexión, como si fuera
un mensaje común y corriente que se le envía a alguien, como un simple cumplido; en Semana Santa y en Navidad y fin de año.
Pudiera esto ser bien valorado por la mayoría, aunque todo parece indicar que no se entiende el propósito de la arenga, dado que cada uno o toma muy a su manera. Es decir que esto se ha convertido en una expresión más de: “Tómalo suave”.(Bombardeo económico, comercial y lascivo).
Deberíamos cambiar el término por el de “autorreflexión” el cual pondría
un poco más de compromiso personal a cada uno, llevándonos a tomar nuestras
decisiones a modo propio y también de conjunto.
¿Qué porcentaje de la población realmente reflexiona?. ¿Qué porcentaje
autorreflexiona?.
La gente en su mayoría tiene poco espacio para reflexionar ya que la
vida que hoy se vive, impone con celeridad, cambios y condiciones que son un
poco difíciles de conciliar. (Querer ser y querer tener).
¿Y qué decir de las motivaciones que dirigen o conducen el pensamiento y
que imponen cambios drásticos de conducta?
La necesidad de tener y de querer hacer y las motivaciones inducidas a
través de las multitudinarias ofertas de diferentes índoles, impiden en muchos poder
alcanzar la paz, propia a través de sus acciones.
Las ofertas de bienes y servicios, incluidos bebidas y cigarros, en
muchos casos se convierten en el Norte de muchos, quitando importancia a
cualquier accionar humano.
¿Puede reflexionar una persona con las venas llenas de alcohol y los
bronquios llenos de humo y el cerebro influido por(….)?
Sin embargo, hay que mantener el llamado a la autorreflexión de los
seres humanos, siempre manteniendo la esperanza de que, de algo nos pueda servir.
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