Por Félix Betances
Como lo dijo en una “décima popular”, el otrora destacado
humorista dominicano George Cabrera bautizado con el nombre artístico de
“Yoyito Cabrera”: “El pavo y el campesino, tienen sus concentraciones; el pavo
en la nochebuena y el campesino en las elecciones”.
Cada año al celebrarse el día del agricultor en nuestro país,
vemos que por un lado, resaltan los discursos lisonjeros que destacan
cualidades que ni siquiera los que los pronuncian se los pueden creer, ya que
saben a ciencia cierta que con ellos lo que expresan no es más que “chantajes
adornados con flores”.
Mientras que por otro lado, escuchamos a otros sinvergüenzas, usar el nombre del agricultor, como un simple estandarte, a través del cual expresan sentimientos hipócritas, pintándose como sus más fieles defensores.
Todos en uno o en otro memento, han sido responsables de la
desgracia perenne, que los abnegados trabajadores de la tierra han tenido que
padecer a través de la historia, pues todos sin exclusión, han sido partes de
gobiernos que cuando han estado en el poder, no han hecho otra cosa que
menospreciarlos y echarlos al abandono .
En el presente, la situación no es diferente ya que se sabe
de las dificultades por las que atraviesa el campo dominicano, con muchas
promesas y el anuncio de muchas cosas buenas para el sector, que nunca acaban
de llegar entre otras.
Con precios inalcanzables e incosteables en preparación de
suelos.
Con precios casi imposibles en materiales e insumos agrícolas
en general.
Con escasos financiamientos y por demás, de alto costo.
Sin la planificación efectiva de producción (rubros
/necesidades).
Sin la garantía de colocación de los productos en el plano
del consumo local y sus excedentes en los mercados adyacentes.
Deben los políticos dominicanos (oficialistas y opositores) de una vez por todas,
quitarse el antifaz de la desvergüenza y por lo menos respetar aunque sea un
poco, a los que representan la clase trabajadora más digna que tiene la República
Dominicana y el mundo.
Aunque en otras partes del mundo; los agricultores valen oro,
aquí solo se les da el valor de la 13va. letra del abecedario.
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