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¿SUERTE O TALENTO?: Elvi Caperonis, de Las Matas de Farfán a Harvard y Amazon



 Elvidania Echavarría Ogando (Elvi Caperonis) nunca pensó entrar en una empresa tan grande y reconocida internacionalmente como Amazon; sin embargo, soñó y tuvo fe de que llegaría alto, hasta ser actualmente asesora en metodologías ágiles de la plataforma de compras en línea. Anterior a este cargo, fue analista en Harvard. 

De esta nativa de Las Matas de Farfán (al sur de República Dominicana), un pueblo que extraña con todo su corazón, solo emana optimismo y gratitud, aptitudes que heredó de su madre.

Elvi, como le llaman cariñosamente, creció en una familia de raíces precarias. En su hogar a veces se acostaban sin saber qué comerían al día siguiente y tenían que caminar kilómetros cargando agua por la ausencia del preciado líquido.

Sin embargo, su progenitora, quien laboraba como enfermera, las apoyó para “echar hacia adelante”, aunque el sueldo no le fuera suficiente para mantener a sus cuatro hijas.

“Yo le debo todo a mi mamá, sin mi mamá no hubiese llegado a donde estoy; ha sido la base de lo que he conseguido en la vida después de Dios”, así habla sobre Alba Iris Ogando Maríñez, su madre, quien la instruyó por la que entonces consideraba “la carrera del futuro” cuando en realidad Elvi quería ser doctora.

Doña Alba Iris, quien desempeñaba soltera el rol de madre, no tenía recursos para enviarla a la universidad. Por eso le instó a estudiar y trabajar duro para obtener los mejores resultados, pero además becas y poder conseguir acceder a la educación superior.

“Siempre quise estudiar más, moverme al siguiente nivel y seguir trabajando”, así consiguió un apoyo económico de RD$1,000 mensuales que le brindaba el ayuntamiento de su pueblo, los cuales ahorró.

Pese a que más adelante obtuvo un trabajo en un banco y pudo costearse parte de su preparación con ese ingreso económico, expresó que hubo momentos en los que le costaba llegar al final de mes, pero con el apoyo de su familia pudo terminar en 2005 su carrera en la Universidad APEC, donde estudió Sistemas de Información.

Tiempo después aplicó a una maestría en España, específicamente en la Universidad Pontificia de Salamanca, para especializarse en ingeniería del software. Sin padrinos, recalca, obtuvo una beca para esa especialización auspiciada por la entonces Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Sescyt).

La experiencia la describió como una bendición: “Fue una iniciativa (la beca) de apoyar a estudiantes como yo que no tienen los recursos de ir a una universidad, pero que tienen las ganas, que tienen la inteligencia, la capacidad y el deseo de superarse”.

Después de ahí saltó de éxito en éxito. Aunque resalta que también fue rechazada de diversas empresas e instituciones. La magia está, según Elvi, en no desmayar, aprender de la experiencia y seguir intentándolo.

Por ello se considera el epítome de que “sí se puede”. Una de sus tantas experiencias en las que se alzó gracias a su disciplina fue en su primera oportunidad dentro del mundo tecnológico, en España.

Elvi laboraba para una empresa consultora y tuvo que afrontar el reto de dominar Oracle Business Intelligence en una semana  antes de ofrecer los servicios a un cliente, y así lo cumplió.

“Todo lo que he conseguido, gracias a Dios, ha sido trabajo, esfuerzo, dedicación, persistencia, consistencia y disciplina, todo eso me ha ayudado”, dice Elvi Echavarría, atribuyendo sus logros a cada uno de estos elementos.

Idioma, una limitante temporal

Aunque en Las Matas de Farfán (provincia San Juan) tomó clases con “el teacher”, apelativo con el que se conocía en el pueblo al profesor de inglés, cuando llegó a Estados Unidos se dio cuenta de que no dominaba el idioma del todo.

“No pude decir ni una palabra en inglés, todo el mundo hablaba tan rápido y yo creía que sabía inglés cuando llegué”, narra. Esta limitante, factor común entre dominicanos que se introducen en la cultura anglosajona, no fue por mucho tiempo.

Su llegada al gigante norteamericano en 2011 es luego de su matrimonio, con el que adquiere el apellido con el que se le identifica: Caperonis. 

Mientras tardaba la gestión de sus documentos, aprovechó el tiempo en casa para mejorar el idioma a través de la escucha de audiovisuales nativos. Además, se dedicó a aprender cómo se realizaban las entrevistas de trabajo, pues luego de cinco años laborando como consultora de inteligencia de negocios en España, no se sentía cómoda estando simplemente en casa.

De APEC a Harvard y luego a Amazon

Cuando por fin obtuvo trabajo fue en el Banco Santander, donde duró un año y tres meses desarrollándose en su área de experiencia y en su lengua materna, pero exponiéndose a la cultura norteamericana.

Gracias a la potencialización de su cuenta en la red social LinkedIn, fue contactada por la Universidad de Harvard como analista de informes tecnológicos funcionales.

https://listindiario.com/la-republica/2022/05/22/722351/elvi-caperonis-de-las-matas-de-farfan-a-harvard-y-amazon


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