SANTO DOMINGO.- Este lunes marcó el retorno de dominicanos y haitianos al mercado binacional, una actividad que se celebra dos veces por semana en la provincia de Dajabón, ubicada en el noroeste de la República Dominicana y fronteriza con Haití, tras una suspensión que duró tres meses
Informes provenientes de la zona indican un significativo aumento en la afluencia de compradores haitianos que, bajo una fuerte presencia militar, cruzaron la frontera desde tempranas horas para abastecerse de productos en el mercado de Dajabón. Este punto fronterizo es el de mayor actividad comercial entre República Dominicana y Haití.
Los haitianos, para ingresar al territorio dominicano, se sometieron al control biométrico establecido por el Gobierno local. A diferencia de situaciones anteriores, esta vez todo transcurrió sin mayores inconvenientes, mientras un considerable contingente militar supervisaba el desarrollo del mercado.
El pasado viernes, un grupo de haitianos intentó ingresar al mercado, un día después de que algunos compatriotas derribaran la puerta que separa la localidad haitiana de Juana Méndez de la provincia dominicana de Dajabón. Esta acción provocó la intervención de las autoridades dominicanas, y solo unos pocos lograron su objetivo.
El flujo de hoy ha sido masivo, con la participación de numerosos haitianos residentes en la República Dominicana que se trasladaron a la zona para cruzar la frontera y pasar las fiestas navideñas en su país.
El presidente dominicano, Luis Abinader, implementó el 15 de septiembre pasado una serie de medidas, que incluyeron desde el cierre total de las fronteras hasta la suspensión de la expedición de visados a ciudadanos haitianos. Esto se debió a la construcción en Haití del polémico canal para desviar agua del fronterizo río Masacre, una obra que el Gobierno local considera ilegal.
Un mes después, las autoridades dominicanas flexibilizaron las medidas y permitieron la apertura parcial de la frontera. Sin embargo, los haitianos decidieron no regresar al mercado binacional que se celebraba los lunes y los viernes en varios puntos fronterizos, principalmente en Dajabón.
El 11 de noviembre, las autoridades del departamento haitiano del Noreste advirtieron que las personas que intenten introducir productos desde República Dominicana serían multadas, y sus mercancías destruidas, distribuidas o vendidas en subasta pública. Esto a pesar de la grave crisis en el país vecino, el más pobre de América, donde cerca del 50 % de la población sufre inseguridad alimentaria y la mitad de sus algo más de 11 millones de habitantes vive en la pobreza.
La República Dominicana sostiene que el desvío del cauce natural del río (Masacre de la parte haitiana y Dajabón del lado dominicano) afectaría gravemente al humedal Laguna Saladillo, uno de los principales del país y la región. Además, perjudicaría a miles de hectáreas de tierras a ambos lados de la frontera y amenazaría la vida de personas de ambas partes debido a la eventual crecida del río.
Contrario a la posición dominicana, el Gobierno de Haití
defiende la obra, que es de carácter privado, y ha dado garantías para la
continuación de estos trabajos. La crisis ha llevado el asunto hasta la
Organización de Estados Americanos (OEA), que, a solicitud de ambos países,
creó una comisión encargada de rendir un informe al respecto.
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