El ejército estadounidense ha anunciado el envío de soldados para reforzar la seguridad en la embajada de Estados Unidos en Haití y facilitar la salida del personal no esencial.
Las aeronaves, confirmadas por el Comando Sur de Estados Unidos, han sido utilizadas para este propósito, asegurando que ningún ciudadano haitiano estuvo presente en ellas, desmintiendo así cualquier especulación sobre la posible huida de altos funcionarios del gobierno haitiano debido al aumento de la violencia de las pandillas en la región.
El área circundante a la embajada en la capital, Puerto Príncipe, está mayormente controlada por pandillas.
Este traslado de personal, realizado en helicópteros, es parte de las medidas estándar para reforzar la seguridad en las embajadas en todo el mundo, según lo comunicado por el Comando Sur.
Aunque el personal no esencial, que incluye a las familias de los diplomáticos, ya había sido evacuado en julio, es posible que el personal trasladado ahora simplemente esté rotando para ser reemplazado por nuevo personal.
Estados Unidos sigue comprometido en ayudar a la policía haitiana y en coordinar un despliegue de seguridad autorizado por Naciones Unidas, aunque hasta ahora esos esfuerzos han sido infructuosos.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, enfrenta dificultades para regresar a su país y ha buscado apoyo internacional, incluso viajando a Kenia para impulsar un despliegue respaldado por la ONU, aunque un tribunal en Kenia dictaminó que esto era inconstitucional.
Los líderes del Caribe han convocado una reunión de emergencia para abordar la situación en Haití, invitando a varios actores internacionales para buscar soluciones a la crisis.
Mientras tanto, en Puerto Príncipe, la policía y los guardias
de palacio han intentado recuperar el control de las calles después de ataques
significativos de pandillas contra comisarías, lo que ha llevado a la parálisis
del país y a una grave escasez de productos básicos.
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