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Seguridad alimentaria se ve amenazada `por pérdida de ingresos y precios altos en América Latina.

 

Seguridad alimentaria se ve amenazada `por pérdida de ingresos y precios altos en América Latina.

La inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe (ALC) se atribuye principalmente a la pérdida de ingresos, la desigualdad y el aumento en los precios de los alimentos, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Garantizar la seguridad alimentaria es crucial para el desarrollo regional.

A pesar de haber alcanzado el objetivo de reducir a la mitad la proporción de personas con hambre entre 1990 y 2015, ALC ha experimentado un aumento significativo en la inseguridad alimentaria desde entonces, con el 38% de la población afectada en 2023, incluyendo 43 millones de personas con hambre.

Factores como la pandemia de covid-19 y conflictos internacionales han exacerbado la pobreza y los precios inflacionarios de los alimentos, impactando especialmente a los importadores netos en la región.

La problemática alimentaria en la región es compleja, con altas tasas de malnutrición infantil y obesidad adulta, además de costos elevados para acceder a una dieta saludable. Los fenómenos climáticos impredecibles también afectan la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos.

Para abordar estos desafíos, el BID propone soluciones integrales, como aumentar el acceso a alimentos para poblaciones vulnerables, promover la producción sostenible de alimentos y mejorar la disponibilidad y el acceso a dietas saludables. La investigación agrícola e innovación son fundamentales, así como la colaboración entre instituciones internacionales, nacionales y el sector privado.

El BID respalda estas iniciativas con acciones concretas, como proyectos alineados con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de "Hambre Cero" y asistencia técnica para mitigar los efectos de la pandemia, con ejemplos de impacto positivo en países como Bolivia.

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