Por Félix Betances
En Argentina ha sido iniciado un proceso dirigido a eliminar
el financiamiento del Estado a los partidos políticos. Ha sido propiciado por
el nuevo presidente Javier Milei.
¿Podría esto ser aplicado en la República Dominicana?.
Si reflexionamos:
A través de este planteamiento, se genera la corriente de opinión,
en que muchos dominicanos han estado de acuerdo y que así lo han manifestado
desde hace muchos años. El financiamiento del pueblo a los depredadores políticos
del país, solo ha servido para desviar recursos que hacen falta para resolver
otras necesidades prioritarias en el territorio nacional, permitiendo el dolo y
el despilfarro; llegando al extremo de la aberración, donde nadie, rinde
cuentas claras al Estado y tampoco los organismos de control exigen el
cumplimiento de la ley.
Son muchas las cosas que hay que corregir o ajustar aquí, para que en un futuro no muy lejano, podamos lograr tener un verdadero estado de derechos políticos ciudadanos, donde desaparezcan las dádivas, el soborno, la complicidad, el despilfarro y la impunidad.
Además de eliminar ese crimen, hay que legislar para reducir la
cantidad de Partidos o Partiduchos, y los famosos movimientos, que al final terminan
convirtiéndose en nuevos Partidos, con la simple justificación de cumplir una
ley, hecha como un traje a la medidas de “sinvergüenzas” que la hicieron solo pensando
en ellos.
Se debe en consecuencia, estudiar una ley que se adapte a las
circunstancias de la nueva época, reduciendo como alguien lo ha planteado, el número
de Diputados que tiene el país a no más de cien y de ser posible, la unificación
en un Congreso Bicameral (Unificación de ambas Cámaras).
También deben quedar eliminados los llamados “Cofrecito” y el
“Barrilito”, entre otras cogiocas injustificadas de que ellos disponen.
Es de esperar que el nuevo gobierno, por lo menos, inicie ese
proceso de saneamiento político que tanto necesita nuestro país pero, que lo
haga con seriedad y con diafanidad, para que pueda ser creíble y que pueda dar
los frutos esperados por el pueblo dominicano.
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