El tráfico en Santo Domingo es un problema que los
dominicanos enfrentan cada día, a todas horas. La combinación de una
infraestructura descuidada, la falta de orden en las calles y la necesidad de
supervivencia de muchos ciudadanos que viven del comercio informal crea un
cóctel que convierte cada trayecto en una odisea.
Los vendedores ambulantes
Uno de los factores más visibles que contribuyen al caos en
las calles de Santo Domingo son los vendedores ambulantes. Estos comerciantes,
que buscan ganarse la vida en medio del tráfico, ocupan lugares de las vías
ofreciendo productos que van desde frutas hasta artículos electrónicos.
Aunque representan un medio de sustento para cientos de familias, su actividad a menudo reduce el espacio disponible para los vehículos y dificulta la circulación.
Algunos caminan con los productos en la mano, otros llevan
carretillas y, debido a su baja velocidad, obligan a los carros a cambiar de
carril.
Los conductores se ven obligados a disminuir la marcha,
detenerse por completo o mover el volante, lo que a su vez causa
embotellamientos y situaciones peligrosas.
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