Las pandillas que dominan la mayor parte de la capital haitiana de Puerto Príncipe recibieron un duro golpe ayer, cuando al menos 28 presuntos miembros de grupos armados fueron abatidos por miembros de la Policía Nacional, así como por civiles, que quemaron los cadáveres de más de una veintena de ellos y los esparcieron por la ciudad, que está prácticamente paralizada, mientras siguen los enfrentamientos.
Algunos de ellos fueron abatidos por policías en el interior de las casas en las que se refugiaban y, posteriormente, localizados por los civiles que terminaron quemando los cadáveres.
Otros fueron quemados mientras aún estaban con vida.
Los muertos, según las informaciones, forman parte de bandas armadas que empezaron a desplegarse en diversos puntos de la capital entre la noche del lunes y la mañana de este martes con el objetivo de establecer nuevas bases en zonas que aún no están bajo su control directo.
Es probable que este balance vuelva a aumentar en las próximas horas debido a los registros que están llevando a cabo los ciudadanos en las zonas donde se cree que se han refugiado los pandilleros.
Los habitantes de las zonas de Nazon, Lalue, Christ Roi y
Bois-Verna vivieron una noche de terror, con intensos disparos de armas
automáticas que obligaron a cientos de personas a pasar la noche en vela
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