A marzo del 2024, la República Dominicana se ubicaba entre
los países con peores puntajes de aprendizajes en matemáticas, lectura, y
ciencias con un promedio de 0.6%, solo por encima de Guatemala (0.3%) y Paraguay
(0.5%).
Según un artículo del economista Lant Pritchett, publicado
recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal), en su compendio 75 aniversario “Repensar el desarrollo en América
Latina y el Caribe”, el país registró el segundo puntaje armonizado de
evaluación más bajo de América Latina y el Caribe, con un total de 11.9 años de
escolarización, que equivalen a apenas 6.6 años de escolaridad ajustados por
aprendizaje.
El experto en su análisis sobre la importancia del “capital humano” para el desarrollo y el crecimiento económico, señala que el crecimiento económico guarda una estrecha relación con las nuevas mediciones internacionales de las habilidades cognitivas y que existen indicios de que un año adicional de escolarización de la fuerza de trabajo redunda en un mayor crecimiento de los países si el aprendizaje aumenta.
“Aunque la desigualdad en las oportunidades educativas y en
los resultados de aprendizaje entre los grupos sociales y entre los pobres y los
ricos es motivo de profunda preocupación, el principal problema que afecta a
América Latina y el Caribe no es que ciertos grupos estén “excluidos” de la
educación de alta calidad que las escuelas ofrecen a la “clase media” o aun a
las “élites”, sino que hasta los estudiantes aventajados y en mejor situación
que asisten a esas escuelas están recibiendo educación que, en general, es
mediocre”, apunta el economista del desarrollo y ex director del Programa de
Investigación sobre la Mejora de los Sistemas Educativos (RISE) de la Escuela
de Gobierno Blavatnik de la Universidad de Oxford.
Sostiene que, según datos de puntajes armonizados de
evaluaciones del Banco Mundial, la mayoría de los jóvenes en América Latina y
el Caribe no logran alcanzar el umbral mínimo de habilidades básicas
universales globales, y muy pocos estudiantes logran un alto desempeño. “Aún
aquellos pertenecientes a estratos socioeconómicos altos obtienen resultados de
aprendizaje sumamente bajos”, refiere el especialista.
Apunta en los países con resultados más descendidos como
Guatemala, Paraguay, República Dominicana, y Honduras, menos de un 1% de los
jóvenes alcanzan niveles altos de aprendizajes. “En los países de América
Latina y el Caribe con resultados promedio (incluidos aquellos con grandes
poblaciones, como México y el Brasil), entre un 2.3% y un 5.6% logran este
nivel. Y hasta en los países de “alto rendimiento”, como el Uruguay, Trinidad y
Tabago y Chile, apenas alrededor de un 10% de los estudiantes culminan su ciclo
de escolarización básica con este nivel de competencia
Escolaridad versus aumento del PIB
En su análisis, el economista indica que en los niveles bajos
de aprendizaje, que se registran en la República Dominicana, aumentar un año la
escolarización prácticamente no tendría efectos en el PIB per cápita (el umbral
del puntaje armonizado de evaluación en el cual la contribución equivale a cero
es de 328), sin embargo, en los niveles de aprendizaje muy altos, como en
Singapur, un año adicional de escolarización produciría un aumento de casi
10,000 dólares internacionales en paridad de poder adquisitivo (PPA)
Destaca que en el nivel medio del puntaje armonizado de
evaluación para América Latina y el Caribe, de 405, un año adicional de
escolarización se traduce en un aumento de 2,982 dólares internacionales en PPA
del PIB per cápita.
Afirma que si la brecha de aprendizaje en América Latina y el
Caribe se eliminara de forma tal que los países de la región tuvieran el nivel
de aprendizaje esperado según su nivel de PBI per cápita, un año adicional de
escolarización se traduciría en un aumento del PIB per cápita de 3,815 dólares
internacionales en PPA.
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