Por Félix Betances.
Los que hemos vivido por cuatro décadas o más, al igual que
los que han tenido la oportunidad de leer por lo menos parte de la historia dominicana,
sabemos muy bien que en nuestro país, siempre han existido plagas y enfermedades;
unas endémicas es decir, propias de las condiciones imperantes y que persisten
o reaparecen con cierta periodicidad y otras que llegan de tiempo en tiempo,
transportadas desde otras latitudes (países).
Nuestro país ha padecido de enfermedades tales como: la buba,
el sarampión, la Viruela, el espasmo, la piquiña o Saranana. la varicela, la
raquiña o (rasquiña) entre otras y de plagas como: el piojo, la nigua, el carángano
(carángana) y la pulga.
Entendemos que la situación es bastante grave y que hay que
enfrentarla, sin embargo, creemos que la solución tiene que buscarse en
conjunto, es decir: “escuela-familia”, donde se defina claramente cuál será el
papel que jugará, tanto la escuela (Ministerio) como la familia, pero con carácter
de urgencia, no tomando esto como si fuera una simple chercha.
Hay que entender los bajos índices de calidad que afectan a
la escuela dominicana en su conjunto, según las mediciones nacionales e
internacionales y en consecuencia, tener el cuidado de que esto no se agrave.
Elevamos un llamado al Ministro de Educación Arquitecto Andrés
Navarro, para que tome cartas en el asunto y enfrente la situación, con el carácter
que amerita y a la mayor brevedad posible; valga repetir, que no es un problema
aislado sino que se manifiesta en casi todo el país.
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