Por Félix Betances
Desde hace cierto tiempo, se ha venido observando cómo peledeístas que
responden a la corriente del Presidente Danilo Medina, encabezados por
influyentes funcionarios públicos, han venido creando una estructura política tendente
a construir alrededor de la figura del presidente, una especie de liderazgo ideológico,
sustentado lamentablemente, en una falsa zapata que no resiste ni el más mínimo
razonamiento en estos tiempos.
Querer adornar la figura del presidente Danilo Medina con
paralelismos como son los “Títulos” que empezaron a darse en forma
indiscriminada al llamado “JEFE”, no es más que un grave error, que demuestra
la falta de inteligencia política de sus más cercanos servidores y
colaboradores, ya que no encajan ni en el momento ni en las circunstancias.
A esto hay que agregar, que hace cierto tiempo también un
escultor presentó un Busto del Presidente y que hace solo algunos meses, otro
escultor oriundo de San Juan de la Maguana, a quien se confió la elaboración de
una efigie del Padre de la Patria Juan Pablo Duarte, terminó en un fracaso ya
que la figura que definió, se parecía más a Danilo Medina, que al Padre de la
Patria.
Es lógico que a Trujillo, le quedaran muy bien sus títulos,
la mayoría de los cuales le fueron impuestos por adláteres sumisos y entreguistas,
entendiendo que eran otros los tiempos y bajo los efectos de una dictadura
infernal. Entre los títulos colgados a
Trujillo están: “Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina”; “Benefactor
y Padre de la Patria Nueva” , “Ministro de la Iglesia Católica” y Primer
Maestro Dominicano”, entre otros varios.
Trujillizar al Presidente Danilo Medina, es algo descabellado
además de que es muy aventurero en este momento ya que esto en vez de aportar algún
beneficio, dejaría grandes y profundos disgustos, además de los que ya existen
ya que se consideraría como un irrespeto a la militancia peledeísta, incluyendo
al nuevamente aspirante a la Primera magistratura Dr. Leonel Fernández, que no
comulga con las manifiestas pretensiones reeleccionistas, puestas al
descubierto por seguidores del Presidente.
Al Presidente Medina no le hace falta eso, pero si aun
sabiendo que esto pone en entredicho su personalidad, entonces que se prepare a
pagar las consecuencias.
Que se abandone esa oprobiosa y mala práctica, la cual sin
lugar a dudas, causa nauseas al pueblo dominicano.
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