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OPINIÓN: Es importante y urgente, hablar de los feminicidios!

Por: Millizen Uribe

La realidad nos golpeó la cara en 2019 e inmediatamente entró el 2020 nos lo reiteró: los feminicidios son un problema grave en República Dominicana, aunque, algunas autoridades no le den prioridad, y unas que otras personas insistan en restarle importancia.

Tan solo el primero de enero, al menos tres mujeres fueron asesinadas, de lo que se extrapola que este Año Nuevo, de no ejecutarse las políticas públicas necesarias, los feminicidios, lejos de disminuir su incidencia, la aumentarían.

Mientras eso pasa, hay quienes dicen que el problema es la relevancia que se le ha dado al tema, llegando incluso a negar estos crímenes, indicando que son solo homicidios y preguntando por qué no se crea tal alarma social ante la muerte de hombres.

Pero, no nos equivoquemos, lo cuestionable aquí no es la alarma social, que debe ser aún mayor, ante la muerte de mujeres, sino que haya personas que no se preocupen y traten de invisibilizarlas, máxime cuando los feminicidios implican asesinatos que, como las precursoras políticas de este término Russell y Radford conceptualizaron y delimitaron, son realizados por hombres motivados por odio, desprecio, placer o un sentido de propiedad de las mujeres, sobreabundando esta última circunstancia en los casos dominicanos.

De hecho, mayoría de feminicidas dominicanos son hombres negados a que sus parejas terminen la relación, revelando machismo y negación de derecho a las mujeres. Asesinatos en estas circunstancias son intolerables y ameritan respuestas, desconstrucción, castigo y mucha educación.

¿Significa esto que las muertes de hombres no son relevantes? ¡No! Pero ya la gran mayoría de Estados, incluyendo el dominicano, ha consolidado su respuesta a través de leyes claras y estrictas, sistemas preventivos y no están normalizados ni invisibilizados, como sí sucede con muchos de los crímenes hacia las mujeres.

¿Deben los medios dejar de publicar estos casos? Si bien es cierto hay prensa que debe cambiar la forma en que reporta los feminicidios, bajándole a la espectacularidad y morbosidad, acentuando es un delito, no un hecho pasional, y evitar justificar al agresor (la mató por celos, por borracho, por infidelidad) y revictimizar la víctima; también lo es que las raíces de este problema trascienden la cobertura mediática y encuentra su génesis en el machismo, legitimado vía educación y cultura.

¿La solución, es simplemente denunciar? ¡No! Aunque figuras como el Procurador General de la República, así insisten, abundan los ejemplos: Miguelina Martínez en el 2012, Anibel González en el 2019.
Urge enfatizar en la prevención, que pasa obligatoriamente por educar la niñez, desconstruir y reformar los adultos, dedicar presupuestos reales y suficientes, revisar esos protocolos obsoletos que, lejos de proteger a las víctimas, una vez puesta la denuncia, la colocan en mayor riesgo, aprobar leyes pendientes en el Congreso y demostrar voluntad política, compromiso real con la vida de las mujeres. Tomado de Hoy Digital.

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