Por: Félix Betances
El pueblo dominicano ha perdido la “Fe” en nuestras
instituciones, cosa esta que data desde muchos, pero muchos años atrás y con
sobradas razones.
¿Por qué ha perdido la fe?. Pura y simplemente porque ha
visto como a través de los tiempos, los que nos han gobernado, han manejado
tras bastidores y a su antojo los asuntos del Estado; las cosas que son de interés
colectivo y que por tanto deben ser de público conocimiento, se manejan de
manera furtiva.
Ha habido momentos en que ha tenido la esperanza de poder recuperarla, a través de recibir promesas incumplidas en el sentido de que las cosas cambiarían, llevándose la decepción, de que todo se volvió “buche y plumas y nada más”, como lo dice la canción.
A decir verdad, el pueblo creía que por lo menos algunas
cosas que se consideran elementales podrían cambiar; sin embargo, cuando uno
observa el manejo que de ellas hacen, se convence de que ninguno son creíbles
ni confiables.
Basta con conocer la decisión que acaba de tomar la Cámara de
Cuentas de la República, cuando dispone examinar y en forma aleatoria, solo
cincuenta (50) del universo de las declaraciones de bienes de los funcionarios públicos,
tanto de los entrantes como de los salientes. Se entiende que todas sin excepción
alguna, deberían ser revisadas, para que no se entienda que podría haber una
preselección.
Es esa una medida “muy desacertada”; primero porque a la
fecha de vencimiento del plazo que otorga la ley, se otorgó una prórroga, con
el argumento de que el tiempo no permitió que se realizaran dichas
presentaciones y que al vencimiento del plazo concedido en la referida
prórroga, más de 1,700 funcionarios no cumplieron con el compromiso de entrega.
En segundo lugar, esa decisión anunciada por la Cámara, pone
en entredicho la fidelidad de dichas revisiones, además de que se presta a
dudas; pues cabría preguntarse: ¿Cuáles serán los casos que serán revisados y
si no será esta una forma eufemística, de practicar algún tipo de indulgencia?.
En tercer lugar, solo falta esperar la aplicación inmediata
de las medidas anunciadas por el señor Presidente de la República, Luís
Abinader, decretando las correspondientes sanciones a quienes no tienen ninguna
justificación, para haber violado la ley.
El presidente de la República, no debe aceptar esa decisión de la Cámara de Cuentas, ya que atenta contra la transparencia que él le ha prometido al pueblo en su gobierno. Todas deben ser revisadas.
¡De seguir así las cosas, esto no habría cambiado nada!.
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