OPINION: ¿Debe el Presidente sustituir el equipo económico?

 

Por Félix Betances

Se puede decir sin temor a equivocarse que en todo gobierno, el equipo económico compuesto por los ministerios afines y sus respectivos asesores, son la base fundamental para desarrollar las políticas que en tal sentido sustentarán el manejo y sostenimiento de la gestión, siempre encaminados al cumplimiento de los compromisos contraídos por el Estado, pero sobre todo, la justa y equilibrada aplicación de las políticas sociales que el pueblo demanda.

Ha llamado la atención a distintos sectores de la sociedad dominicana, la situación por la que ha tenido que pasar el presidente Abinader, ante la formulación del proyecto de presupuesto y ley de gastos públicos para el año 2021, siendo esta sui primera experiencia en el ejercicio gubernamental, nada deseable, dicho sea de paso.

Tener que dar marcha atrás ante la presión ejercida por diversos sectores sociales, retirando parte del sustento de los ingresos que nadie cuestionaría que son indispensables, contemplados en dicho proyecto y de hecho tener que justificarlo, aunque con mucha humildad, lleva a pensar  en que algo debe cambiar.

La situación en la que se vio el Presidente, puede ser atribuida a varios factores, entre los que se destacan: desconocimiento por parte de dicho equipo económico, de cuál es su verdadero papel y el dominio que deben tener para hacer las cosas, dentro de un marco lógico que no los lleve a hacer un papel tan deprimente como el que hicieron, al incluir una carga impositiva, dentro del referido proyecto, entre otras.

En consecuencia, se piensa que ese equipo no está preparado a la altura de las circunstancias y que el Presidente Abinader, lo mínimo que debe hacer es cambiarlo o por lo menos, reestructurarlo pero de manera inmediata, de forma que esto le garantice en el resto de su gestión, no tener que volver a pasar por otro u otros momentos no deseados.

Hay situaciones en que la improvisación, se puede convertir en el fracaso de una futura gestión. Ese equipo falló y punto.

¡Señor Presidente, la Sartén está en sus manos!.