Las iglesias se han convertido en un negocio afirma el Padre Rogelio Cruz

 

Según las declaraciones del sacerdote Rogelio Cruz, las iglesias en la República Dominicana han adoptado un enfoque más comercial, contradiciendo así los principios predicados por Jesús Cristo durante su paso por la tierra.

Durante una entrevista en el programa "Cada Vez Más Cerca", conducido por el arquitecto Kalil Michel, el religioso señaló que Jesús no abogó por realizar transacciones comerciales para obtener beneficios económicos, sino más bien para ayudar a los necesitados.

Al ser cuestionado sobre si cree que las iglesias están tratando su fe como un negocio, el padre Rogelio respondió: "Están inmersas en un negocio. Incluso hay tarifas en las iglesias".

El sacerdote enfatizó que sigue el modelo de Jesús y siempre se pregunta cómo él abordaría una situación similar. Argumentó que Jesús siempre estaría del lado de su pueblo y no estaría involucrado en prácticas comerciales con ellos.

"Jesús estaría ahí con su pueblo, y no estaría haciendo negocios con su pueblo", afirmó.

Rogelio Cruz destacó que, si bien hay necesidades en la comunidad religiosa, hay otras formas de trabajar sin lucrarse a expensas de las iglesias. Afirmó que no están destinados a vivir de la contribución de la gente.

Recordó que la Biblia está repleta de ejemplos de las acciones benevolentes de Jesús en la tierra, algo que, según él, difiere de la práctica actual de la iglesia.

El sacerdote explicó que la nueva ordenanza religiosa a la que se ha unido tiene como objetivo sacar a Jesús del templo y llevarlo al centro del pueblo, siguiendo el ejemplo histórico.

Rogelio Cruz compartió sus opiniones junto a los obispos brasileños Manuel Roche y Joe Iván Pereira, quienes también forman parte de la mencionada ordenanza sacerdotal.

En cuanto a la postura frente a la homosexualidad, afirmó que la Iglesia Apostólica Nacional Brasileña no excluye a nadie por su orientación sexual, ya sean homosexuales u otras identidades. Aclaró que la Iglesia está abierta a todas las personas, sin distinción, siempre y cuando permanezcan fieles a sus creencias.