El joven Jhon Kohr Reyes, quien fue detenido por la policía durante una redada en el barrio Enriquillo, en Herrera, fue llevado muerto al hospital a las 3:50 de la madrugada del pasado 21 de febrero.
Según el informe del Hospital de Engombe, Reyes fue trasladado en una silla de ruedas por agentes de la Policía Nacional a la sala de emergencia, donde los médicos lo encontraron en un estado de rigidez cadavérica.
La constancia médica detalla que el joven, de 22 años, no respondió a estímulos verbales ni dolorosos. Además, al momento de la valoración, se encontró que no tenía presión arterial, no se detectaban pulsos carotídeos ni en las extremidades, y sus pupilas estaban completamente dilatadas.
La evaluación también reveló que al realizarle el electrocardiograma, este mostró una línea isoeléctrica, lo que confirmaba que Reyes ya había fallecido antes de llegar al centro médico.
En el Hospital de Engombe, al percatarse de la situación, contactaron al Departamento de Homicidios de la Policía Nacional, cuyo personal se presentó 40 minutos después de la llegada del cadáver. A su vez, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) retiró el cuerpo el mismo día, el 21 de febrero, pasado el mediodía.
Lo más desgarrador para la madre de Jhon, Ana María Reyes, fue que durante siete días había buscado a su hijo en diferentes destacamentos de la Policía Nacional en Santo Domingo Oeste, sin obtener ninguna información sobre su paradero.
La mujer sabía que se lo habían llevado en una redada
policial el jueves 20 de febrero, en óptimas condiciones de salud, y jamás pasó
por su mente buscar en la morgue del Inacif.
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